Como ya sabeís la mayoría, me inicié como friki profesional con este campo práctico de la ingeniería. Como programador ya lo era desde tiempos inmemoriales, y resultó ser fundamental para las aspiraciones de unas personas que necesitaban, como el comer, el avance tecnológico que les aporté.
En el año 1997, existía una instalación domótica que, si bien funcionaba correctamente, carecía de un potencial que, teóricamente, era posible. Se trataba de un pabellón de deportes, en el cual se podían encender y apagar las luces mediante un sistema SCADA. Ello ya supuso un avance considerable, ya que los magnetotérmicos que accionaban las luces de zonas de la planta baja se encontraban en la tercera planta y tal; los operarios de ese edificio estaban entrenados para la gran dificultad que eso suponía.
Los dispositivos eran los Adam de Advantech, los cuales, por medio de un puerto serie RS232 de toda la vida, y fuentes de alimentación de 24 V establecidas estratégicamente, permitían a través del bus RS-485 llevar la señal del ordenador hasta los módulos más lejanos (una actualización de este sistema, llegaba hasta los 1200 m. de distancia). En este caso sólo era necesario actuar sobre placas de relés que accionaran las distintas luminarias y algunos focos de 2 KV.
Mi contribución a esta instalación fue la de permitir el acceso a la misma remotamente, empleando una unidad mapeada, pero con esta ventaja ya se podían reservar pistas deportivas remotamente, ver la utilización de las instalaciones, etc. Todo aquello sin levantarte del puesto de trabajo.
El quid de la cuestión fue ver si el sistema SCADA permitía leer un archivo de texto, me duró 2 segundos la dificultad, y posteriormente enlazarlo a un programita hecho en Visual Basic, que mediante unas pantallas muy fáciles de utilizar se convirtió en el sueño dorado para los trabajadores de la instalación. Ese fue mi Proyecto Fin de Carrera (hoy día, TFM para los muy jóvenes).
A día de hoy, puedo decir que los módulos siguen funcionando, han pasado más de 20 años y durante casi 12 primaveras no han tenido mantenimiento de ningún tipo (consideraron que no era necesaria mi presencia, vamos, como siempre... Algún día dejaré de hacer las aplicaciones sin mantenimiento).
Os dejo algunas pantallas de la aplicación: como siempre, todo el software que he hecho ha sido ultrafácil de utilizar, aunque luego me complique la vida a la hora de realizar el código, pero ya es tarde para cambiar. A los operarios les decíamos que hicieran clic en lo alto del nombre, pero vamos, todo el dibujo era accionable (fijaos que, siendo las pantallas «de diseño», están limpias. Es lo que tiene ser programador de los de antes, sólo los objetos necesarios, jeje).
Gracias por leerme.
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